martes, 1 de junio de 2010

Los concursos públicos o cómo darle dinero a un yonki y pensar que lo va a invertir en un mueble de Ikea


¿Puede una persona darle 20 euros a un drogodependiente y cuando le digan que usó ese dinero para comprar otra papelina, o un gramo más, decir que ese no es su problema? Puede sí, pero seguramente no volverá a darle más dinero. 
Entonces, ¿puede un gobierno que ha entregado a una empresa el contrato de mayor valor económico de la historia del archipiélago olvidarse de la tutela de esa impresionante cantidad de dinero? 150 millones de euros por si no lo recuerdan.
Pues sí. Puede. Porque para poder tan solo es necesario tener capacidad. Y el gobierno de Coalición Canaria y Partido Popular, presidido por Paulino Rivero, desgraciadamente tiene esa capacidad. Capacidad de olvido, no confundir con capacidad de gobierno. Así que a diferencia de nuestro buen samaritano, algo perdido, eso sí, el gobierno de Canarias seguirá dando dinero a este yonqui llamado Videoreport Canarias, que se lo esnifa en sus negocios privados olvidándose para que debe usar ese dinero.
Este gobierno, el mismo que dice buscar dinero dónde no lo hay, el que habla de recortes diariamente, se olvida de 150 millones de euros. Coalición Canaria y Partido Popular los dan en anualidades de 18,7 millones a una empresa que gana un concurso de un servicio que tiene subrogado y ya está. Ganaron el concurso, les entrego todo ese dinero y... me olvido. Ahí está la excusa y ahí también, su absoluta indecencia. 150 millones para un servicio que desde el 9 de abril no se presta tal y como dice el pliego de condiciones, ese documento que obliga a ambas partes: a la pública a pagar y fiscalizar; a la privada a cumplir por lo que se paga.
Pues desde el 9 de abril, ni una da lo que debe por lo que cobra, Videoreport Canarias, ese yonqui empresarial, ni la otra, la pública, la política, exige lo que debe, ni fiscaliza los incumplimientos gravísimos y diarios que se producen en La Nuestra.
Esta versión de "regala el dinero y olvida" nace de un concurso público para la realización de los Servicios Informativos de la Televisión Canaria que básicamente trata de abaratar costes, generar beneficios a empresas privadas y abandonar la prestación de servicios que debería atender el gobierno.
Con la subrogación el gobierno paga, lo que inventándonos un término económico, podríamos llamar "el coste de incapacidad". Esto es, el coste de reconocerse incapaz de gestionar eficientemente su Televisión Pública. Esa incapacidad tiene un precio. Y ese no es más que el beneficio, enorme beneficio, que pretende llevarse Videoreport Canarias por la prestación de este servicio.
Ese beneficio puede situarse entre los dos y los cinco millones de euros. Al menos así lo considera el gobierno balear que recientemente ha decidido acabar con su modelo mixto para ahorrarse una cantidad de dinero público que fija en torno a los 4 millones de euros.
Porque lo que nunca debemos olvidar es que cada euro de beneficio que saca Videoreport Canarias con este concurso es el precio que pagamos todos los canarios por "el coste de incapacidad" de los gobernantes isleños.
Tal es su incapacidad que tras nueve años de modelo mixto, varias decenas de millones de euros después, el gobierno aceptó su propio fracaso para hacer cumplir con su ley, la Ley de creación de la Televisión Canaria, que tiene un principio básico: crear una industria audiovisual independiente y potente en las islas. Nueve años después llamó a una empresa participada en un 76% por capital peninsular para que se hiciera cargo de los servicios informativos. Nueve años después, millones de euros después el panorama audiovisual canario no solo no se había fortalecido sino que andaba aún más abandonado, incapaz siquiera de crear una empresa o grupo de empresas que se presentaran a este concurso.
Esta desafortunada gestión, la que sin embargo les ha llenado los discursos públicos cientos de veces diciendo que es la Televisión más barata del país, tiene doble fondo, como la maleta de un ilusionista. Seguramente sea la más barata, pero eso no significa que sea la más eficaz, la que mejor cumple con sus principios. Tal es así, que a los nueve años de su arranque, cuando se inició el segundo concurso que finalmente se llevó (de aquella forma) Videoreport Canarias, el patrimonio audiovisual que teníamos todos los canarios era cero. O casi cero. Sin capacidad para cumplir con su ley y potenciar el sector audiovisual canario, tras nueve años de gestión mixta, el gobierno de las islas tampoco era dueño de nada. Ni una sola cámara, ni un solo plató, ni una sola instalación audiovisual, ni una sola cinta. No tenía nada para hacer una tele. Ni siquiera el archivo de imágenes, posiblemente el valor más alto de una televisión en el que se guarda la memoria histórica y colectiva, fue entregado en su totalidad. Más del 50% del material grabado en nueve años se perdió. Y a nadie le importó. Claro, es la televisión más barata del país y tiene sus costes. Así que el Gobierno de Canarias, el que se llena la boca diciendo que tenemos la tele más barata de España, debería saber que su Televisión, por culpa de su incapacidad, es tan cara, que nueve años después, millones de euros después, no era nada, ni una edifico, ni un cartel, ni un micrófono.
Así es nuestro gobierno, un despistado viandante, que mes tras mes, año tras año, pasa por delante del mismo yonqui empresarial, y le sigue regalando dinero a pesar de que sabe que seguirá usándolo para lo que no debe.

2 comentarios:

  1. ¿Y si Paulino y Video report etán esperando que el gobierno central les abarate el despido?

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  2. Pues, se librarán de un equipo impresionante que no volverán a tener en su vida y a los sufridos trabajadores nos harán un favor!!!!! Échame ya, Diego, tío... No soporto a Videoreportcanarias! Es lo peor que me ha pasado en la vida (joder, como q han hecho 'buenos' a los de SOCATER)

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