El texto que reproducimos a continuación ha sido enviado a nuestro e-mail por un trabajador de los servicios informativos de Televisión Canaria. Es la opinión concreta de esa persona, no necesariamente la de todos los trabajadores
UN TRABAJADOR EN HUELGA
Supongo que era cuestión de tiempo. Con lo que me gusta escribir (siempre me ha gustado, creo que por eso soy periodista), antes o después iba a acabar aprovechando la oportunidad que nos da el Comité de Huelga con este blog para expresarme.
Soy un trabajador en huelga. Soy exactamente eso, las dos cosas: trabajador, y en huelga. Cuando trabajo, trabajo a muerte y, cuando no me siento respetado, protesto con la misma intensidad. Llevo siete años trabajando para Televisión Canaria, a través de dos empresas distintas, Socater y Videoreport Canarias. Mi madre guarda en un cajón aún, incluso, un acuerdo para trabajar como becario en PCTV, que suena ya casi a prehistoria, A los que quieran confundirnos, diciendo que no somos trabajadores de Televisión Canaria, sino de Videoreport, tengo un par de cosas que decirles: que yo ya hacía informativos para Televisión Canaria cuando Videoreport Canarias ni siquiera estaba pensada. Que en el enorme cartel en la entrada de mi lugar de trabajo pone Televisión Canaria en letras enormes. Y que sé perfectamente para quién trabajo. Firme quien firme las nóminas.
También sé perfectamente lo que está en juego, y con quién. Sé que está en juego mi sueldo, que la empresa ha rebajado unilateralmente aplicando un convenio marco porque le apetece. Sé que están en juego mi trabajo, mis condiciones, mi tiempo libre, mi calidad de vida, la que me gané en una huelga anterior (sólo viví una de las anteriores, los hay que vivieron dos). Sé que está en juego la calidad de vida de mis compañeros. Y sé quién es mi rival (nunca mi enemigo, esos los guardo para el terreno personal). Es la directiva de una empresa que, buscando maximizar su beneficio, pretende minimizar mi vida. No se les puede culpar: el jefe último de todo esto se llama Juan de Miguel y vive en Madrid, y le importa bien poco lo que me pase a mí: su labor, lo que se espera de él, es que saque las mejores condiciones para su empresa. Es su objetivo, no el mío. El mío es conseguir las mejores condiciones para mí y los míos. Entiendo que ahora hay que batallar, y entiendo que no es personal. Y entiendo también que no nos daremos cuartel en esta batalla ni unos ni otros. Ganará el mejor. Y esos somos nosotros.
Más importante aún: sé quién no es mi rival. Los trabajadores del Ente Público no son mis rivales. Los editores que no llaman, o que lo hacen a destiempo, no me preocupan en absoluto. La gente que aprecio y respeto ahí dentro ha hablado conmigo, y yo con ellos, con total normalidad. Por supuesto, existe el suficiente respeto entre nosotros para no tratar este tema en profundidad: todos sabemos lo que nos jugamos. Pero no me he sentido abandonado por mi gente, sea de la empresa que sea. Tal vez porque la gente que no llama, que no se preocupa, que aparece tarde y mal o directamente no aparece, los que no tienen tiempo (o huevos) para un “cómo estás”, los que, en definitiva, no son capaces de asumir esta situación con normalidad, no son mi gente, y tampoco lo eran antes.
Sé que agua pasada no mueve molino, y que lo que hiciera la gente hace diez años tampoco es importante ahora. Eh, yo mismo hace diez años no era más que un estudiante universitario a punto de terminar el primer curso de Ciencias de la Información. Ahora el tiempo, la vida, la lucha, la huelga por supuesto, me han convertido en otro tío. Lo que fui no es representativo de lo que soy hoy día (aunque sí es un indicio de en lo que me convertí una década después).
Tampoco son rivales los que no han secundado la huelga. Esos me entristecen, en algún caso, porque esperaba más compañerismo de ellos, o me dan igual, la mayoría, porque no te decepciona aquel del que no esperas nada. No les odio, ni mucho menos. Les ignoro.
Quiero decir con toda esta perorata que el rival es el que es (Videoreport Canarias y el Gobierno que no asume la responsabilidad que le corresponde ante una empresa que recibe más de 18 millones de euros de mis impuestos, de los impuestos de mis padres, de los impuestos de todos, y que pretende ahora robarme lo que me he ganado y está firmado que me corresponde). Que la guerra es la que es. Y que nuestros esfuerzos se encaminan a donde se tienen que encaminar: a informar a la gente de lo que pasa con nosotros (ya que pocos más lo hacen, por mucho que sea noticia), aunque para ello tengamos que recorrer cada rincón del archipiélago. Si tenemos que estar en todas partes, estaremos en todas partes. ¿Cuál es el problema? Hemos demostrado ya, todos los compañeros (los compañeros de verdad) que somos capaces de hacerlo, de hacer casi cualquier cosa. Y que estamos dispuestos a ello.
Escribo esto lleno de orgullo. Orgullo de mis compañeros. Orgullo del talento y la creatividad que he visto y veo. Orgullo de ser parte de esto. Orgullo de ser una ola más de esta marea verde. Escribo esto, además, constantemente en primera persona. No es sólo por el ego desmedido que tengo (ya he dicho que soy periodista), sino porque quiero dejar bien claro que estas palabras son sólo mías y no representan a nadie más que a mí. Que no hablo en nombre de nadie. Para que no haya discordias, lo dejo claro: estas son sólo las palabras de un trabajador. De uno en particular, no del colectivo. Sólo son las palabras de un trabajador.
De un trabajador en huelga.
claro que sí compañero, juntos ganaremos.
ResponderEliminarNo sé como se podrían mostrar en letras o en palabras loa aplausos o más bien la gran ovación que doy al responsable de este texto que acabo de leer.
ResponderEliminarEnhorabuena
ATR
Gracias!!!
ResponderEliminarUna redactora en huelga.
Soy operador de cámara de televisión profesional.
ResponderEliminarTe comprendo y sé que es lo que está pasando en tu corazón y en tu persona, ya que yo estube en los comienzos de este proyecto de Televisión Canaria o autonómica y hace años cometí el error de irme a Madrid para prosperar y hacerme mas profesional, dándome cuenta posteriormente, la calidad de vida que dejé en Canarias y el grandísimo nivel profesional que hay en la formación y en el dia a dia de todos los profesionales de los medios de comunicación en Canarias.
Me tropecé en Madrid, con Videoreport, y numerosas productoras privadas, que en vez de valorarte como profesional, solo veían una herramienta para hacer mas dinero.
Esto también me ha ocurrido en Valencia y te das cuenta, que las productoras, grandes y medianas se convierten con el tiempo en mercaderes que solo buscan dinero.
Por fin he decidido volver a Canarias, por su clima, por el trato humano de la gente, y por numerosos motivos que hacen de esta tierra especial y me encuentro que compañeros están sufriendo el acoso de esa "productora de madrid" (que conozco muy bién) y me he entristezido, porque te das cuenta que esta profesión tan bonita, desde todos los ámbitos, me ha hundido con el tiempo sin ver un futuro cierto, y ahora, con 40 añetes, estoy en paro, y sin nada que llevarme a la boca.
Solo te digo amigo profesional de los medios de comunicación, no decaigas y sé fuerte y la esperanza (que yo he perdido), te mantendrá vivo.
Vale. creo que tus compañeros tambien se sienten orgullosos de llevar el tema de la huelga con esa unidad, y que algunos no estarán luchando no por no querer sino por no poder; por cualquier motivo más importante para ellos. Tienen que permitir que los demás les saquen las castañas del fuego, aunque para comérselas no se van a quedar atrás. Pero como dices, ustedes conocen bien a sus rivales, que no enemigos, y es una lucha que seguro que ganan. Animo, fuerza y p'alante, que el valor en el ejército se supone, pero ustedes lo están demostrando cada día. Aguanten, que muchos les apoyamos en muchos sitios.
ResponderEliminarhttp://www.metienenfrito.com/2010/04/paulino-rivero.html
ResponderEliminarPermíteme que me escude en mi anonimato para decirte un par de cuestiones:
ResponderEliminarEn primer lugar decirte que eres un tipo del que me siento orgulloso de tener a mi lado en un conflicto como este, y en el que tanto lameculos sin dignidad y sin perdón se arrastra por un bocata.
En segundo lugar déjame decirte que admiro a un tipo como tú, que de lo único que habla es de principios, de dignidad y de respeto. Espero que cuando mis hijos crezcan exista gente como tú y como yo, que les importa tres cojones los que ocurra por debajo de nuestros principios fundamentales y defiendan a los que vengan.
Por último, compañero y amigo, déjame decirte que representas todo lo que respeto, juntos nada y digo nada podrá pararnos. Esto no es un convenio colectivo, es dignidad.
Gracias, estimado anónimo por ser y por estar.
No hay nada más rastrero que ser un esquirol.